
Cristian Pauluk (25) recibió el cheque de IPLyC Social Inclusivo en su casa de Concepción de la Sierra. El joven padece Síndrome de Stargardt, una degeneración precoz de la retina de causa genética. Utilizará el dinero para la compra de lentes y para apuntalar el proyecto familiar de panadería que iniciaron hace pocos meses.
La enfermedad fue diagnosticada cuando tenía apenas seis años. “Es como una nube que va quedando cada vez más oscura, lo que complica la visión. Es difícil, de chico me costó mucho que comprendieran lo que tenía. A veces caminado por la calle ni a los míos los reconozco. Lo sobrellevo gracias a mi familia, a mis amigos, que se fueron habituando”, manifestó. A principios de este año viajó a Corrientes para efectuar un control, y “todavía no existe tratamiento ni cura para esto. Los lentes te pueden ayudar un poco. Este síndrome, que también lo padece mi hermano, no es muy conocido en la sociedad. De chico me costaba estudiar, comunicarme, que comprendieran lo que tenía. Cuanto más lejos miro, la mancha se hace mucho más grande. En general, en el estudio y en el uso de la tecnología me cuesta mucho”, explicó.
Cuando estudiaba gastronomía, el joven grababa las clases o escaneaba y ampliaba las letras cuando tenía que extraer el material de un libro. La ventaja es que ahora, “los celulares traen lectores de voz y eso me ayuda a desenvolverme en la sociedad”, aclaró.
Comentó que “trato de no tener miedo, de seguir adelante, de llevarlo de la mejor manera, sin bajar los brazos mi temor a equivocarme, buscando apoyo para que todo sea más sencillo”.
Cristian confió que tenía conocimiento del sorteo porque “lo venía siguiendo, aunque no me esperaba ganar. Estaba en la sala mirando una película cuando me llegó el mensaje de una conocida con la captura de pantalla. Después entré al Facebook del Instituto y supe que realmente era yo el beneficiado. Después se comunicaron conmigo para contarme los pasos a seguir. Me puse contento porque no siempre pasan estas cosas”. De todos modos, “no me creo merecedor de nada, pero me tocó a mí, y me queda aprovecharlo de la mejor manera. No tengo idea sobre qué hacer con el dinero, en principio, disfrutarlo, hacerme un lente que tengo recetado. Pero, además, hice un curso de gastronomía y tengo un emprendimiento de una panificadora, que comenzamos en familia hace poquito, y estamos tratando de salir adelante. Y este premio me vino bien, me ayuda para la compra de los insumos”.
Sostuvo que “están muy buenos estos sorteos. Ayudan a las personas, que muchas veces viven momentos difíciles. Agradezco al IPLyC SE por esto, y a los que trabajan ahí, por la atención recibida”.