La secretaria general del IPLyC SE, Teresa Morel, cumplió el primero de julio, 40 años de servicio como parte de la institución que regula los juegos de azar en Misiones.
Ingresó al entonces IPLyC, en 1974, con 19 años recién cumplidos cuando lejos estaba de su imaginación “que durante los 40 años siguientes, seguiría transitando el mismo ámbito laboral”.
Siempre dispuesta a clarificar cualquier duda, Morel se convirtió con el paso de los años en un referente de todas las consultas. “Crecí tanto, aprendí de grandes maestros, y comprendí ampliamente la increíble función que cumplía el Instituto dentro de la comunidad misionera”, manifestó, rodeada de actas de directorio, resoluciones y memorandos.
Mientras rescataba notas periodísticas para su infaltable archivo personal, recordó que en sus inicios, sorteos de diferentes loterías del país integraban la operatividad del Instituto, conformado por ese entonces por un grupo humano que “ponía sangre y corazón” a la tarea realizada.
Emocionada, evocó la “llegada” de la Quiniela Misionera. “Es un juego orgullosamente nuestro que generó mano de obra para cientos de personas y que brindó asistencia social para otras tantas”, manifestó. Agregó que entonces, “entre boletas cuidadosamente controladas y loterías de provincias hermanas que intercambiaban una actividad en común, para un idéntico objetivo, fui aprendiendo, creciendo, y en consecuencia, amando este espacio laboral, del que solo me ausenté para dar a luz a mis tres hijos”, a quienes considera su “orgullo”. En varias ocasiones, mientras eran pequeños, acompañaron a su madre en las largas jornadas laborales, descansando a un costado del escritorio. Y es por todo eso que en un escrito destacó: “Cómo no amarte IPLYC SE, si a través de mi larga estadía dentro del marco de tus actividades, logré formarme y formar seres increíbles al servicio de la sociedad a la que pertenecemos”.
Morel se desempeñó en varias áreas del IPLyC SE, y como muchos otros empleados pioneros, se adaptó sin problemas a la incorporación de las nuevas tecnologías.
Recordó con nostalgia a las grandes “personas que construyeron al crecimiento del IPLyC SE, muchas de las cuales iniciaron un viaje sin retorno pero dejando su marca en cada detalle que aún persiste. Otras mentes brillantes siguen haciendo que el Instituto siga
ofreciendo un abanico de oportunidades, brindando más y mejores servicios”.
Agradeció a los compañeros de trabajo y a los directivos por todas las instancias. “A los que partieron, mi oración respetuosa, y a los que permanecen, mi agradecimiento absoluto por permitir que siga desempeñándome entre ustedes”.